lunes, 3 de diciembre de 2012

LA CORONACION DE LA PURÍSIMA, PATRONA DE MONFORTE DEL CID

En las siguientes líneas voy a reflejar el artículo que para las revistas de Moros y Cristianos 2011 reedité de antiguas revistas de fiestas y que refleja los pormenores de cómo fue la Coronación de la imagen de la antigua Púrísima.

LA CORONACIÓN DE LA PURÍSIMA, PATRONA DE MONFORTE DEL CID


Por JOSE MARIA SEGRELLES ÑIGUEZ


Como somos ya pocos los supervivientes de aquellas generaciones de monfortinos testigos presenciales de la coronación de nuestra Patrona, con el fin de recordar a unos y dar a conocer a otros de las actuales, aquel solemne acto y sus conmovedores detalles, vamos a intentar recoger, de la manera más fiel y concisa que nos sea posible, los distintos pormenores de tal acontecimiento, según el contenido de una extensa crónica que, refiriéndose a los días 9 y 10 de diciembre de 1911 (¡han pasado 68 años!) fue inserta en el número 3.913 de “El Correo”, periódico que a la sazón se publicaba en la capital de nuestra provincia.

Y si, por añadidura, lográsemos despertar también alguna devoción dormida, proporcionar unos instantes de agradable distracción o simplemente satisfacer algún interés o curiosidad, nosotros quedaríamos complacidos.

Tuvo lugar la coronación con motivo de nuestras fiestas anuales en honor de la Purísima y constituyó extraordinaria brillantez, habiendo sido organizada por la congregación local de las Hijas de María.

Añade la citada crónica que, desde las primeras horas de la tarde de aquel día 9, comenzaron a acudir a la Parroquia muchísimos fieles ansiosos de presenciar la coronación hasta el punto de que, sobre las 15 horas, resultaba ya difícil el acceso y paso por su nave central, invadida por compacta multitud. Y al ir a comenzar el acto, la iglesia presentaba un aspecto deslumbrador. Las hijas de María, agrupadas en lugar preferente, presidían la solemnidad; a un lado se hallaba la Banda Municipal y el resto del templo aparecía materialmente ocupado por los fieles.

Sobre el altar Mayor, donde se había instalado el trono con su rico dosel artísticamente ornamentado, destacaba, majestuosa y llena de virtud celestial, la bella y venerada imagen de nuestra Inmaculada Concepción. Y entre incesante murmullo, subieron por ambos lados de las gradas del trono dos niñas vestidas de blanco que iban a coronar a nuestra Patrona, al mismo tiempo que otra niña, vestida también de blanco, se situaba en un plano de menor altura para recitar una plegaria a la Purísima.

El aspecto que presentaba el altar Mayor, con las tres niñas ataviadas de blanco ante la Virgen, era sorprendente y conmovedor. Y, al reinar, de improviso, un absoluto silencio, la niña Conchita Beltrán Pina, con voz firme, si bien algo embargada por la emoción, y con entonación y ademanes muy apropiados, comenzó a recitar una bellísima poesía expresamente escrita para el acto por el inspirado vate don Salvador Monllor Cabrera, la cual no debemos omitir para recreación del que la leyera. Decía así:


A NUESTRA AMADISIMA PATRONA MARIA INMACULADA EN EL ACTO DE SU CORONACION

El alma rebosante de amor inextinguible,
de anhelos infinitos henchidos  el corazón,
fervientes, entusiastas, con júbilo indecible,
contempla aquí a tus hijos, temblando de emoción.

Tus hijos predilectos, pues eres la Patrona
del pueblo de Monforte, ¡oh, Madre celestial!
Monforte, que te elige su Reina y te corona
y admira tu pureza sin mancha original.

Es digna esta corona de ornar tu regia frente,
pues ella simboliza la inquebrantable fe,
el místico entusiasmo, la adoración ferviente
de un pueblo que te adora y en ti su amparote.

En ella van prendidos sus más puros amores,
en ella sus sentires supieron condensar;
la enjoyan esperanzas, recuerdos, sinsabores…
con lágrimas y risas la hubieron de forjar.

Acéptala, Señora, y acoge bondadosa
sus más ardientes ansias de vida y perfección,
y sé para tus hijos la Madre cariñosa
que nunca les retire su tierna protección.

Bendice aquí a tus hijas, las Hijas de María
que honrar así quisieron tu pura Concepción;
concédeles tu gracia y sé su Norte y guía…
Otórgales, ¡oh, Madre!, tu Santa bendición.

Bendice a Nuestra España, ¡tu pueblo! Que ha sabido
por ti mil y mil veces su sangre derramar,
y aún hoy la están vertiendo su Ejército sufrido
en tierras africanas luchando sin cesar.

Bendice a aquellos mártires que por la patria mueren,
a los hermanos nuestros que ya no volverán,
y ampara a su esposas y madres que los quieren,
¡que en el hogar vacío, llorando quedarán..!

Bendícenos, Señora, que en adorosa llama
de amor inextinguible se abrasa el corazón…
El pueblo de Monforte, con júbilo te aclama:
¡Viva nuestra Patrona!... ¡Viva la Concepción!...



Un viva estruendoso brotó del corazón de todos los presentes; rompió la música con el himno Nacional y, al mismo tiempo, las niñas Inocente Miralles Cerdán y Conchita Sirera Gras, colocaban sobre la sagrada frente de nuestra Patrona una magnífica corona.

Varias señoritas de nuestro pueblo cantaron, acompañadas del órgano, las Purezas de María y, a continuación, se entonó una Salve, con la que terminó el acto de la coronación que tan grato recuerdo dejó entre los asistentes.

 


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