martes, 7 de agosto de 2012

Pascual Pérez Mira, un sacerdote muerto en la Guerra Civil

Las personas son los testigos directos de la historia de un pueblo, y por ello es justo que sean conocidos y más aún divulgados sus hechos para que todos los conozcamos. Y ese es el caso del monfortino Pascual Pérez Mira.

Nacido en Monforte del Cid, en el año 1875, sus padres eran de clase modesta y buenos cistianos. Sus estudios comienzan al ingresar en el colegio de San José, para pasar, después de algunos años, al Seminario de Orihuela, donde prosiguió con notable aprovechamiento los estudios eclesiásticos.

Es ordenado sacerdote en 1902. Previo concurso obtiene en 1906 el curato de Benejúzar, donde permaneció durante diez años. Pasó posteriormente al pueblo de Pinoso, donde dio el salto en 1922 a la capital de la diócesis, siendo nombrado por el Gobierno de S.M. el Rey, Canónigo de la Catedral de Orihuela.

Entre los cargos que va ocupando destaca el de profesor de educandos del Seminario de San Miguel (1926). Entre sus virtudes era la de ser un orador sobresaliente, siendo llamado de numerosos pueblos para tal menester, y en la misma Catedral por la importancia de su mensaje y su llegada con facilidad a la gente.

En el año 1936, y con la guerra en España en su momento más álgido, vuelve a Monforte del Cid a cuidar de su progenitora, que en ese momento estaba enferma. En ningún momento hizo por esconderse, ni hizo caso del consejo de sus amigos ante un inminente rapto.

El 14 de diciembre de 1936, fue detenido por los milicianos al acusarle estos de "desorden público", siendo el día de Nochebuena el día que, junto a otras cuatro personas, fue sacrificado en la población de Beniel. Fue después conducido su cadáver al cementerio de Murcia, donde recibió sepultura.

Desde el año 1940, los restos mortales de este monfortino descansan en el cementerio municipal de Monforte del Cid.




 




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